miércoles, 4 de junio de 2008

LAS FABES DE SANDRO..... O SE LLAMABA SUSO?


Desgraciadamente una buena amiga mía, y muy conocida por vosotras, ya que es un personaje público, se está separando porque ha descubierto que su marido se la pega con otra, y otra vez volvemos a empezar!!! ... Pero creo que hoy no os hablaré de ésto porque sino me convertiré muy pronto en el consultorio de la Srta. Francis, o era de la Srta. Pepis? Mierda! Es que aquí también me voy a dar cuenta de que me estoy haciendo mayor???? En fin, pues eso, que tampoco me voy a convertiré en la Jeanne d´Arc contra ese submundo de hombres heteros machaco corazones que en vez de pensar con la cabeza piensan con... ... Lo dicho! que me callo!
Además, una tía que se precie y que tenga una edad como la nuestra debe vacilar al personal con dos cosas obsoletas pero necesarias en nuestro armario: Un largo visón y un ex-marido. Yo ya tengo demasiado de las dos cosas.
He estado hoy comiendo en el restaurante "Paraguas" de la calle Jorge Juan, una de las calles más chic de Madrid y donce puedes encotrar de todo en un ambiente quizás un poco demodé pero que es el que hay, ya que Madrid por muy mono que se esté poniendo no deja de ser una ciudad compuesta de millones de provincianos, con ganas de pasearse por algunas calles donde no quedan sino momias de aquellas que algún día fueron casi algo. Pero como voy mucho a Madrid, y porque un día me convertiré en una de esas momias, me he propuesto hablaros de algunos sitios que visito con frecuencia. El dicho restaurante está muy de moda, dicen que entre otras cosas porque va amenudo el Rey, aunque a la única que yo he visto por allí es la infanta Margarita, que vive casi enfrente. Tiene unas fabes dignas de probarlas! Naturalmente hablo del restaurante :) Su dueño, un tal Suso, o Sandro, bien me importa poco, tiene un aspecto dulce aunque es bastante tocho, debe ser un encanto después de follárselo locamente en la cocina. El mejor salón es el de arriba, el de fumadores, muy parecido al salón del restaurante "L´Obelisque" del hotel Crillon de París (uy, por Dios! Que no se me olvide un día contaros los maravillosos polvos que he echado en ese hotel!!!! Y por qué no? También contaros con quién). Recordad nenas, que la mayoría de los restaurantes buenos y que están de moda tienen simpre como mínimos dos salones: Uno para el público vulgar que quiere ir para ser visto y que es bastante burqués hortera, y otro para la gente realmente VIP. El salón de arriba del "Paraguas", el de fumadores, es el VIP. Si hacéis una reserva en un restaurante de moda del mundo, siempre debéis primero averiguar cuál es el salón al que debéis ir. Y si no tienen sitio en ese salón entonces, y sólo entonces, debéis pasar al plan B, el cual nunca falla: Os presentáis sin reserva al restaurante y vais directamente al maître (presupongo que sois tías divinas y sino al menos lo aparentáis), todas directas, sin titubeo y mirándole a los ojos le decíis: "Buenas noches, se acuerda Ud. de mí, verdad?. Acabo de llegar del aeropuerto y no he podido hacer la reserva como siempre. Me va a ayudar, verdad?" Si dices esta frase del tirón y con seguridad, ningún maître profesional de un gran restaurante se negará a darte una mesa, porque no se arriesgarían jamás a quedar mal con alguien que aunque en ese momento él no se acuerde, debe ser por lo menos, una buenísima clienta, o mujer de algún buen cliente... O quizás amante? A él le dará lo mismo, no se acuerda, pero no te hará un feo semejante!
Pues lo dicho, arréglate y sal a cenar con alguna amiga para ponerlo en práctica allá donde estés.