martes, 16 de septiembre de 2008

¿UN VIAJE ATÍPICO? EN MI VIDA POR SUERTE, NO.


Por poco que me me conozcáis y hayáis leído mis blogs anteriores sabréis que yo nunca me voy de vacaciones cuando todo el mundo lo hace. No porque esté trabajando (ay madre! Qué risa!) sino por motivos mucho más profundos y casi religiosos. Pero este año todo está cambiando, no sé qué nos pasa a mí y a mis amigas.
Mi teoría es que todo se lo debemos a que la máquina de Big Bang está funcionando con éxito en Suiza, y por una extraña razón en vez de crear pequeños agujeros negros esa máquina ha decidido reconvertir los peores agujeros negros en energía normal. Y claro ¿Quiénes somos propietarias de los peores agujeros negros de este planeta?... Mis amigas y yo.
La segunda quincena de agosto me fui con mis amigas de aventura. Hacía varias operaciones de estética y varios maridos que no nos reuníamos para hacer algo semejante. De hecho sólo viajábamos juntas cuando EXperanza, ex marquesa-ex esposa-ex pobre y ex socialista, se casaba de nuevo. Y ya lo ha hecho tres veces en tres continentes diferentes.
Pero mi trauma de haber intentado hacer las rebajas en Madrid por primera vez fue como una voz de alarma para todas ellas y así decidir romper todas sus planes para venir en mi ayuda..... Las conozco, y sé que ni tenían planes ni nada! Estaban aburridísmas en sus gigantescas casas esperando que se acabara el verano para empezarlo ellas. Como hacemos todas en nuestra posición. Pero a mi me vino de perlas.
El viaje alrededor de la Toscana iba a ser de un par de semanas. Pero una serie de incidentes lo convirtieron en un par de días. Nuestra llegada a Pisa fue una locura. Llegamos borrachas a Barajas y casi no nos dejan embarcar. Menos mal que uno de mis maridos fue director del INI y a una todavía le quedan contactos también en el mundo real. Borrachas llegamos a Italia y salimos de la misma forma. A mi amiga Beatrice se le ocurrió la genial idea de venir al viaje con una persona del servicio para que nos llevara en el coche y cargara con todo nuestro equipaje ¡Qué pena que no se me ocurriera a mí!
Mi asistente personal me había jurado y perjurado que tenía todas las reservas hechas y que en el aeropuerto de Pisa, el Galieo Galilei, nos esperarían un par de coches de gama alta para comenzar el viaje por donde quisiéramos...... En la oficina de alquiler de coches del aeropuerto un monstruo que parecía Vilma de los Picapiedra nos recibió gritándonos (A mí! Que no ha nacido quién!!!!!) y sólo ofreciéndonos un desgraciado monovolumen para nosotras 5! Más el filipino que venía con nosotros y que creo iba rezando desde que nos vió en Madrid..... Claro, queridas, entenderéis que gritarme a mí es algo muy arriesgado, así que después del primer grito que me dió la foca italiana con más tatuajes que Popeye, y el pegar un salto y entrar dentro del mostrador y pegarle un puñetazo en toda su cara fue todo cuestión de segundos. La italiana todavía debe estar pensando por dónde le vino el primero, porque el segundo, y el tercero que recibió los vió perfectamente venir porque mis amigas (que enseguida entendieron que esto les iba a servir como de desahogo) son un poco más lentas que yo.
Qué pena no poder describir la cara de los turistas (por no decir nada de la cara del filipino) cuando vieron que 5 señoras exquisatemente vestidas, y perfectamente peinadas estaban dando una paliza a una desgraciada que se había atrevido a gritarme. ¡Con lo derrumbada que estaba yo! ¡Por favor!..... Pero después de que nosotras hubiéramos puesto una reclamación y que 20 testigos españoles declararan a la policía (tras un pago de 200 euros por cabeza, por supuesto) que Vilma Picapiedra había intentado robarme el bolso, entonces y sólo entonces empezamos nuestro viaje.
Al salir de Pisa teníamos nuestras primeras dudas: ¿Dónde ir? Florencia, Siena, San Gimignano, Puggibonsi (?) Montepulciano.... ¿Dónde?........ La respuesta no se hizo esperar y ser unánime: AL PRIMER HOTEL DONDE SIRVIERAN BIEN FRÍO MOËT&CHANDON
Y tras tres días en ese hotel, que ninguna recordamos el nombre ni de la ciudad donde estaba, decidimos dejar la Toscana y volver al mundanal ruido, es decir, a Sotogrande.
No hay nada como ir a recorrer la Toscana con amigas para olvidarte de todo lo malo que te haya podido pasar.
Hay quien me pregunta que cómo son las bodegas toscanas, o sus vinos de Chianti, o sus quesos, sus paisajes repletos de cipreses y villas preciosas, sus gentes.... A lo que yo sólo puedo reponder que uno de los mayores placeres que te da la vida y el tener dinero es saber que el Moët siempre sabe igual allá donde vayas.
Bonna giornata queridas!